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Macro-fiesta en Madrid Arena la noche de Halloween acaba con las vidas de varias jóvenes debido a las escasas medidas de Emergencia y Autoprotección.

Planes de Emergencia en Eventos
Sí, aunque suene simpático de primeras, la cruda realidad se manifiesta en la noticia con la que hoy, día 1/11/2012 nos hemos levantado, tras la noche de Halloween.

Un enlace a la noticia puede ser el siguiente, de los muchos medios donde podéis encontrarla: Noticia en la Vanguardia

El desenlace de una macro-fiesta preparada para la ocasión, ha sido la muerte de 3 chicas y 2 heridas de gravedad. [4/11/12.- el sábado 3 de noviembre ha muerto una de las dos chicas herida de gravedad]

El hecho merece al menos un análisis del mismo, que desglosaré sobre las siguientes líneas.

Origen de la emergencia:

Al parecer lanzamiento de una bengala [también algunos petardos]. Originó la estampida de la muchedumbre.

En este tipo de recintos es sumamente complejo controlar todos los artículos que la gente lleva encima, y más en una noche de disfraces. Prueba de ello es, no sólo que se haya "colado" una bengala, sino también la presencia de jóvenes menores de 18 años, estando prohibida la entrada a estas edades.

Factores de riesgo adicional:

El perfil de edades en torno a los 18 años, lo que ha incrementado la violencia de la estampida y la rapidez con la que se ha desarrollado la misma.

La cantidad de personas en la fiesta: Aforo de 10.000 personas. El aforo máximo de este tipo de recintos debería ser respetado escrupulosamente, y ante la falta de otros datos no entraré en este punto, pero está claro que si es espacio del recinto es proporcional en función de las normas técnicas al de personas alojadas en él, los riesgos se rebajan mucho para todo este tipo de incidentes.

Puertas cerradas. Al parecer, existían puertas cerradas de salida del recinto. Este hecho tristemente también ha sido el detonante de otras catástrofes en eventos donde se acumulan muchas personas (como el evento de Alemania Love Parade, comentado anteriormente en nuestro blog... enlace), y es crítitico para conseguir amortiguar y disipar la emergencia, como el de este caso, donde la evacuación de ocupantes es el hecho más crítico a tener presente.

Medios: Se tenía un servicio médico y de emergencias en las instalaciones, para dar servicio a pequeñas emergencias, pero fue desbordado por la ola de personas y daños que se fueron dando. La capacidad de los medios a colocar en el recinto es crítica en este tipo de eventos, dado que una coordinación con medios exteriores no da tiempo a una respuesta adecuada a la emergencia dada.

[4/11/12.- Se ha dado a conocer que la dirección general de Ejecución y Control de la Edificación, dependiente de Urbanismo, detectó en 2010 una larga serie de gravísimas deficiencias que comprometían la seguridad e impedían que Madrid Arena pudiera obtener licencia que sí buscó en su día pero que se resignó a no tener por estos motivos: los pasillos para salir de la pista a la calle, donde murieron las cuatro jóvenes aplastadas por un agolpamiento súbito de gente, eran insuficientes, y el pabellón era inaccesible para bomberos]

Desenlace:

El triste desenlace ha sido que 3 chicas no puedan volver a su casa nunca más, y otras dos que van a tener secuelas probablemente para el resto de sus vidas.

Responsabilidades

Evidentemente siempre a posteriori se piden responsabilidades, pero éstas hay que desarrollarlas desde el inicio de la programación del evento, debiendo implicarse más a fondo, no sólo la empresa organizadora y promotora del evento, que ostenta usualmente el mayor grado de responsabilidad en este tipo de actuaciones, sino también en las autoridades que autorizan el evento y deben supervisarlo y aportar cuantas medidas complementarias sean necesarias en caso de ser necesarios.

La empresa seguramente cumpliría sobre el papel con todos los permisos y beneplácitos de la administración, por lo que el debate a plantearse no es el del mero hecho de control documental, sino que se deben implicar los medios de control y pruebas por parte de la empresa reales de la capacidad de respuesta ante emergencias.

Conclusiones:

Ante todo este cúmulo de circunstancias y factores de riesgo adicionales creo que el arma a esgrimir para poder evitar toda esta cadena de sucesos es la del correcto desarrollo del Plan de Emergencia o Autoprotección correspondiente, ya que, si se desarrolla este plan de forma adecuada, se consiguen corregir muchos de los factores de riesgo y especialmente se aumenta la rapidez de intervención y contención de la emergencia.

Está claro que en este tipo de emergencias no sólo hay que tener conocimiento general acerca de las condiciones contra incendios del local, sino que hay conocer las teorías de movimiento y flujo de personas, sus posibles respuestas esperadas ante distintos acontecimientos, etc. ya que un buen análisis permite conocer todos los puntos débiles de la instalación y poder tomar medidas preventivas antes de afrontar el evento.

Muchas de las medidas que se puedan estimar del correcto análisis de los riesgos, además de ser adoptadas, deben ser probadas, para conseguir conocer el funcionamiento real de estas medidas. La forma ideal de probar las medidas de emergencia es el correspondiente simulacro de emergencia, que si bien siempre es complicado de realizar en un evento de estas características, y dado que no se pueden llevar 10.000 personas para realizar el evento, presenta sus dificultades, pero no debe dejarse sin realizar de forma previa al mismo, dada su criticidad.

Igualmente, conjuntamente con el simulacro de emergencia, se debe realizar una inspección de seguridad del recinto de forma previa, para conocer el estado real de las medidas existentes en cuanto a evacuación, salvamento, contra incendios, y mantenimiento mínimo de las condiciones de vida en el local ante emergencias.

Moraleja:

Como siempre se dice, de errores se aprende, pero de este tipo de errores, se debería aprender más por todas las partes implicadas, asumir menos riesgos y poner los medios para evitar cometer de nuevo los mismos errores o parecidos, puesto que no hay segundas oportunidades para las víctimas.


Por Antonio De la Torre


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